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domingo, 14 de julio de 2013

Summer Love - Corto Nicochi

Hola! Encontré en Facebook este corto y le cambié los nombres por "Nicolás y Rocío". Espero que les guste!




Summer love

10 años atrás...
Era tan solo un pequeño, un niño lleno de sueños e ilusiones y enamorado de la chica de verano. En Doncaster recibíamos muchas visitas en verano, ella ya llevaba un mes aquí, en este mismo árbol, con esta misma brisa, con este mismo calor y sus mismos rizos. 
Su cabello rubio dorado llamaba la atención de todos los presentes, sus ojos grises llenos de maldades infantiles, era la mejor amiga de mi hermana pequeña Jazmin aunque se conocían hace solo un mes ellas se hicieron grandes amigas. Rocío, el nombre el cual Jazmin me dijo venía desde Liverpool a pasar las vacaciones aquí. 
Veía como jugaban con las burbujas, saltaban y reían, ella era hermosa. Estaba detrás de un árbol mirándola como siempre lo hacía a esta misma hora. 
Rocío era un año menor que yo. Ella tenía 9 años y yo 10 años. 
-¿Nicolás que haces espiándonos? –la voz de mi hermana Jazmin resonó. Rocio se dio media vuelta a mirarme. 
-Hola Rochi. –dije avergonzado, sus ojos grises me miraron fijamente. 
-Yo… me iba. - Rocío miro a Jaz con sus mejillas rojas. 
-Ro, Nico te quiere conocer. –Jaz metía la pata como siempre. 
Nos miramos y bajamos nuestras miradas al segundo después. 
-Yo tengo que ir a casa Nico, diviértanse. –Jaz salió saltando y corriendo lejos de nosotros. Nos dejo solos en el bosque más pequeño de Doncaster. 
-¿Te gustan las burbujas? –le pregunte moviendo mi pie nerviosamente. Ella jugaba con sus manos blancas y delicadas. 
-Si…
Hable todo el tiempo, ella solo se dedicaba a decir si, no, más o menos, tal vez. Una chica de pocas palabras. Un impulso demasiado temprano para mi edad me hizo tomarle su pequeña mano con la mía.
Sus mejillas eran unos pequeños tomates. 
-Haré algo…- dije parándome de la piedra en la cual estábamos sentados. 
Tome una rama afilada y en el tronco de ese árbol escribí su inicial y la N. 
-¿Y por que eso? –dijo ella inocente. 
-Para que recuerdes por siempre este verano, para que vengas a Doncaster y siempre volvamos a vernos. –para tener 10 años era todo un galán, sobre todo con esa chica que llamaba mi atención más que cualquiera. 
Y después de ser novios a escondidas, aunque sin ningún beso ella volvió a Liverpool. Nuestra despedida fue triste ella salió rápidamente y no se despidió de mi. Han pasado 10 años y lo sigo recordando como si fuera ayer que tuve ese amor de verano…



"Guggiana's"leía en el gran letrero neón que posaba en la entrada de la pizzería de mi familia. Solo una semana faltaba para que el verano comenzara oficialmente. En Doncaster todos se preparaban para recibir a los alocados turistas, con mi familia no nos quedábamos atrás y acabamos de inaugurar una pizzería en el centro de la ciudad. La noche llegó y tenía que ir a descansar para reponer fuerzas para mañana y ser camarero en el negocio familiar. 
-¡Mamá! ¡Mamá! –llegaba a casa y escucha aún mas gritos de los que había escuchado en el día. 
-¿Qué sucede, Jaz?- hablo tranquilamente mi madre mientras yo le daba un beso en su frente y dejaba mi gorro sobre la mesa de la cocina. 
-¡Adivina quién viene este verano a Doncaster! –Jaz seguía gritando. 
-Hey cállate, respetar a mis oídos niña. –dije molesto caminando hasta el refrigerador gris de dos puertas. 
-Estúpido… ¡Mamá, viene Rocío! Diez años han pasado, acabo de hablar con ella por correo electrónico y viene a Doncaster y creo que a ti querido Nicolas debería interesarte…
Cerré de golpe las puertas del refrigerador. –No me jodas hoy Jazmín. –agarré el gorro que estaba sobre la mesa y camine molesto hacia las escaleras. 

Ella se fue aquel verano, ella no dijo adiós, ella no me llamó, no me envió cartas, nada de nada. De su boca no salieron palabras para mí. Y ahora después de 10 años volverá… aquel amor de verano. Sus rizos rubios perfectos y esos ojos que me volvían loco. 
Solo quería dormir y no recordar nada de lo que había pasado hace 10 años. 

El reloj sonó muy cerca de mis oídos, era hora de ir a trabajar al negocio familiar, quería olvidar el mal rato que pase ayer con Jazmín al saber que “ella” vendrá a Doncaster. 

Tome mis cosas y baje rápido. El centro de Doncaster quedaba un poco alejado de mi casa, tome el autobús ya que mi auto lo tenía mi padre. 
Abrí las puertas de la Pizzería, tome el delantal blanco y lo amarré a mis caderas. Mi padre y los cocineros ya estaban ahí. Me prepare para ir atender la primera mesa ocupada por personas. 

Les tome el pedido y así seguí trabajando con las demás mesas. El sonido de las campanas de la puerta de la entrada llamo mi atención, porque fue un sonido extraño, el mismo sonido pero con significado. Di media vuelta mi cabeza y la vi...
Sabía que era ella por su largo cabello con rizos y rubio, por su piel blanca y por sus ojos traviesos. En sus brazos venia una niña pequeña igual a ella, con sus mismos rasgos. ¿Su.. hija?.

Rocío caminó hasta la mesa número 7 y tomo asiento, a su lado sentó a la pequeña de tres años aproximadamente. 
-Nicolás, atiende la mesa número 7 no te quedes ahí quieto. –mi padre hablo cerca de mí. 
-No puedo…- dije sin voz. 
-Nicolas, apúrate.
Me acerque lentamente a la mesa número 7, maldita mesa. Ella miró hacia arriba y miro mis ojos. 
-Uh… hola, quiero una pizza personal española y una vegetariana por favor. - ella seguía siendo esa chica tímida que había conocido hace 10 años atrás. 
-¿Bebidas? –dije serio. Cuando escucho mi voz ella subió nuevamente su cabeza lentamente hacia mí. 
Pero no respondió. Ella se paró del asiento rápidamente y tomo a la niña en sus brazos y salió corriendo por donde había entrado. 
Los presentes dentro la pizzería, observaron con atención la reciente escena. 
-¿Qué miran? Ya el show se termino. –encaré enojado. 

-

Ella corrió, corrió lejos. Muchos dicen creyéndose los sabios que los amores de verano se olvidan rápidamente pero les tengo una noticia a esos sabios. Yo aun no olvido a Rochi. Lo sé, solo tenía 10 años cuando me enamore de ella sentía algo irracionalmente fuerte por aquella chica, desde que la vi jugando en aquel bosque con mi hermana menor. 
-¿Qué pasa contigo Nicolás? –Papá se aproximó a mi lado al verme estático en mi sitio. -¿Conocías a esa chica? –pero no le respondí. 
Lo mire con los ojos llenos de lágrimas. 
– ¿Recuerdas cuando tenía 10 años y me enviaste al psicólogo por que tenia depresión infantil? –mi padre asintió con la cabeza. –Bueno ella fue la culpable… -sin decir nada más me saque el delantal blanco y lo lance, salí corriendo de la pizzería directamente a tomar el autobús y encerrarme en mi cuarto por todo el día. 
Cuando llegue a casa, ésta estaba desierta. Ningún rastro ni de mi madre ni de Jazmin, subí a mi cuarto y cerré con un portazo. No quería ver a nadie. 
Todo el rato estuve pensando, miraba el techo, me daba vuelta en la cama, transpiraba, el calor me mataba. Tomé mi celular y las llaves y decidí salir ¿Dónde? No lo sé, creo que a donde me lleve el viento. 
Y llegue al bosque, a ese pequeño bosque que estaba ubicado cerca de mi casa, el mismo bosque donde conocí a Rocio jugando con sus burbujas, ese mismo bosque donde le tome su mano y le di un pequeño beso, ese bosque que vio crecer nuestro romance de niños, ese bosque que tenía ese árbol donde estaba su inicial y la mía.
Llegue a ese árbol, ahí seguía aunque con el tiempo el árbol había crecido mucho mas y nuestras iníciales eran difíciles de leer. Pero si ti acercabas podías leer esas letras temblorosas. 
Unos gemidos de llanto me hicieron caminar hacia delante, sentí sollozos. 
Rocío estaba ahí llorando, esos sollozos eran de ella. Se secaba las lágrimas con rabia pero volvían a caer. La niña pequeña de 3 años aproximadamente estaba con ella, y le acariciaba el cabello. Ro la miraba con ternura y nuevas lágrimas caían hasta su cuello. Nuevamente yo, Nicolás Riera, estaba espiando a esa chica como hace 10 años atrás. 
-¿Podemos hablar? –dije en voz alta, Rochi miró para todos lados pero la niña pequeña que la acompañaba me indico con su dedo. 
-No quiero hablar. ¿Cómo no puedes olvidar algo que paso hace tantos años atrás? Yo ahora estoy bien, si quieres podemos ser amigos pero no necesito un novio. No quiero un hombre a mi lado, odio a los hombres. –ella dijo duramente sin mirar hacia atrás donde estaba yo. 
-Ha pasado mucho tiempo, pero los sentimientos siempre quedan…
-Nicolás no quiero…- pero no pudo seguir hablando y estallo en llantos nuevamente, la niña pequeña bajo de sus brazos y camino hacia la sombra del árbol en el cual estaba yo escondido espiando a Ro anteriormente. 
Me senté a su lado.
 –No entiendo porque te fuiste sin decir adiós, no entiendo porque no quieres hablar conmigo. 
-Son demasiadas cosas que no sabes de mi Riera, y nunca sabrás.
-¿Ella es tu hija? –indique a la pequeña que me sonreía. Tenía los mismos ojos de Rocío. 
Ella rió amargamente. -No pero desearía que fuera mi hija, pero es mi hermana Lucía. 
-Se parece mucho a ti. –dije sonriéndole. 
-Se parece a mí porque es la hija de un mismo sicópata, el mismo sucio, marica. –volvieron a brotar lagrimas de sus ojos. 
Todo quedo en silencio, ni siquiera los pájaros se escuchaban cantar, todo era tenso. 

Recuerdo el sueño que tuve cuando tenía 10 años, Ro se iba de mi lado. Y así paso ella se fue aquel verano pero está vez nada me aviso que vendría. Mis defensas estaban bajas, estaba indefenso, desprotegido ante ella. 
-¿Por qué te fuiste sin decir adiós? –dije susurrando. 
-Porque ese día todo mi tormento comenzó, debía alejarme de todo lo malo. Y estar en Doncaster no era algo bueno para mí, solo tú y Jazmin hacían mi vida mejor. 
-¿Quieres confiar en mí? Estoy acá, Ro. para vos.-tome su delicada mano entres las mías, recordaba que este mismo tamaño tenía sus manos cuando éramos solos unos niños malcriados. 
Ella miro a lo lejos, dio la vuelta y miro aquel árbol donde estaban nuestras iníciales. –Tenía 9 años, venir a Doncaster cada verano era genial, un día mi padre llego a casa muy enojado. Mi madre salió sin decir nada y siendo la madrugada aun tenía el descaro de no llegar. Mi padre, ese estúpido marica y poco hombre me violo. Esa noche, un día antes desde que te conociera Nico. –sus ojos se llenaron de lagrimas y acaricio mi mejillas. –Tú y Jazmín han sido lo mejor de mi vida. 
Me levante indignado, quería matar a ese puto animal. Sentía que mi cabeza estallaría, no Rocío, no a ella. Dios mío.
Ella tomo mi mano. 
–Él está muerto… los policías lo persiguieron por cielo, mar y tierra. Se dio a la fuga mil veces y un día lo mataron. Ya todo está acabado Nic. –ella se paró de su asiento y miro directamente mis ojos. –Te he extrañado. –me abrazó. Sabía que ella necesitaba de alguien que estuviera con ella siempre, y seré yo quien este. Nunca la dejaría, ella sería la única en mi vida, la respetaría y no la tocaría porque sería ese cristal hermoso que tendría para mí. 
-Tengo miedo de estar con un hombre
-No temas, yo no te hare daño lo juro. –tome sus mejillas y la mire. –Confía en mi, Ro, no sabes cuánto te he esperado. –Un impulso me hizo besarla suavemente, no apasionado, pero con movimientos lentos de nuestros labios. 
Yo la había esperado, en la escuela estuve besado a una que otra chica pero nunca había sentido nada comparado por lo que sentía por Rochi, ella era mi obsesión, ella era el amor de mi vida.

Si tan siquiera pudiera borrar todo su pasado… 
-¿Ro?- la mire detalladamente. 
Ella estaba avergonzada sus mejillas estaban rojas. -Nunca te olvide, Ro, siempre estuviste aquí. –toque mi pecho directo a donde latía mi corazón. –Todo este tiempo estuve esperándote y por fin llegaste.
-No quiero ir rápido Nic. –dijo susurrando. –Tengo miedo de fracasar, tengo miedo de estar en los brazos de un hombre. 
-Yo no te quiero para tener sexo, yo te respetaría hasta cuando tú estés lista. –Tome su mano. 
-Quiero ir lento. –dijo seria. 
Le guiñe el ojo en señal de un sí.
Toda la tarde estuvimos paseando por el bosque, nos sentábamos, hablábamos de nuestras vidas después de tantos años sin a ver cruzado ninguna palabra. Ella estaba vestida con un hermoso vestido hasta las rodillas, cada cierto rato el viento englobaba su hermoso vestido lila. Solo reíamos. 
Cuando ya estaba oscureciendo decidí preguntarle algo para dar un paso en nuestra relación de “amistad” 
-¿Quieres ir a visitar a mi mamá? hace mas de 10 años que no apareces por ahí. –dije riendo. 
Sus ojos me miraron atentos. 
–No creo que sea apropiado que vaya, se está haciendo tarde y no quiero dejar sola a mi hermana Lucy.
Oh mierda ¿Lucy donde esta? –me miro con sus ojos desorbitados. 
Mire hacia todos lados corrí, Lucy se nos había perdido. ¿Qué haremos? Fue mi culpa por estar distrayéndola y por ser un tonto.
-¡Lucy! ¡Lucy! Por favor…- Rochi gritaba y sollozaba desesperada corriendo por el bosque casi a oscuras. Cuando llegamos al principio de este una sombra negra se nos apareció al frente del árbol donde estaban nuestra iníciales.
Mi hermana Jazmín sostenía un bulto en sus brazos y hablaba sola. Nos miramos con Ro y salimos corriendo al encuentro de mi hermana. Ella estaba debajo del árbol oscuro, solo pequeñas luces de las casas cercanas nos daban claridad. 
-¡Lucy! -Rochi tomo en brazos a su hermana pequeña. 
Jaz nos miro y levanto una ceja levemente. 
-Los iba a regañar porque encontré a la niña sola jugando, pero ya que los veo juntos… -ella nos guiño el ojo. Ro abrazó a mi hermana. 
-Gracias amiga. No sé qué haría si hubiese perdido a Lucy. 
-Siempre salvando vidas. –dijo con gran ego mi hermana menor. 
Reí para ablandar el ambiente. 
-Me iré a casa es muy tarde y Lucy tiene sueño. – dijo, mire a la pequeña y poco a poco iba cerrando sus pequeños ojos verdes. 
Mire a Jaz.
-No, Ro. llevare yo a Lucy y le diré a tu mamá que estas en mi casa porque haremos una pijamada de chicas. 
-No te creerá. –dijo ella. 
-Lo hará confía en mí, le diré que estas con mi madre. Andá, ve con Nicolás. 
Jaz salió caminando con Lucy en sus brazos. Mire a Rochi a sus ojos y estuvimos un momento así. Tome su mano y caminamos hasta ver la iluminada casa de los Guggiana/Riera.

-¡Mamá llegue!-grite cuando habíamos cruzado la puerta principal. Todas las luces del primer nivel de mi casa estaban prendidas. 
-¿Crees que a tu mamá le moleste que este aquí? –dijo ella mirando para todos lados. 
-Ella te ama Ro. –bese su mejilla. 
No hubo ninguna respuesta de mi mamá, hice tomar asiento a Rocío y fui a buscar a mi madre por toda la casa. No había señales de ella, encontré una nota sobre la encimera de la cocina. 
-Hijos, hoy no estaré en casa, tu padre y yo tendremos nuestra quinta luna de miel. Duerman bien, inviten a Rochi para que duerma en casa. Los amo. –Leí en voz alta. 
Camine hacia donde estaba Rochi y le sonreí. –Estamos solo en casa, mis padres han decidido tener su quinta luna de miel. –me encogí de hombros. 
Ella rió. 
-Me incomoda que estemos solos. –dijo. 
-No te preocupes, no muerdo. –eleve una ceja. Solo lo hacía para molestar a Rochi, jamás le haría daño, pero un beso a nadie le hace mal. 
Me senté a su lado, se notaba que ella estaba incomoda, este momento en si era incomodo. -¿Quieres ver la tele? –dije. 
-No. 
-¿Quieres comer? –volví a preguntar. 
-No. –dijo nuevamente negativa. 
-¿Quieres besarme? –la miré, ella rió. 
Ella tomando la iniciativa tomo mi cuello y me beso apasionadamente, un beso donde nuestras lenguas de unían, se tocaban. Sus labios eran caramelos para los míos. Toque su hombro descubierto. Ella se apego más a mí, seguimos besándonos apasionadamente. Toque su muslo, esto estaba tomando otro camino más lujurioso. Ella toco el borde de mi camiseta. Sonó la puerta principal…
Mire sus labios hinchados y rojos, reímos.
Jaz venía dando saltitos hasta quedar frente a nosotros. 
–No tienen que disimular, sus labios están hinchados y tu Nico tienes brillo labial rosado en tus labios. –rio entre dientes. 
-Eres tan insoportable. –dije molestando a Jaz.
-Pero me amas hermanito. 
-Bueno chicos. –hablo seria Jazmín. –Tengo noticias y no son buenas. –miro el piso. -Rochi mañana se va a Liverpool. Hoy llamaron a tu madre y entras a la universidad en una semana más. 
A Rochi se le llenaron los ojos de lágrimas, a mí también. No de nuevo por favor…
-¿Me dejaras? –dije, ella hizo un puchero y me abrazó. 
-No quiero Nic…

Maldita sea, tan solo estuve dos días con ella. Rocío acababa de llegar a Doncaster y se estaba despidiendo. Estúpida universidad. Ella me miraba con sus ojos llorosos y rojos. Toda la noche se la paso llorando y maldiciendo su vida. 
-Nico, la madre de Ro llamo de nuevo. –Jaz me avisaba, nunca la había visto tan seria y apenada. 
-No le digas donde está. –dije mientras Rochi me abrazaba mucho más fuerte. 
Jazmin nos dejo solos nuevamente. 
-Dos días llevo en Doncaster y tengo que irme. No quiero Nic… quiero quedarme contigo, tu y Jaz son el recuerdo más feliz de mi infancia. –ella mojaba mi camisa con sus lagrimas. –Amo Doncaster, su clima, las personas. –prosiguió. –Aunque me traiga malos recuerdo. –miro hacia abajo. 
Tome su rostro entre mis manos y bese sus labios delicadamente. 
–Este no es final de esta historia Ro, solo es un lapso y continuara. 
-Pero no quiero vivir ese lapso Nico… -respondió triste. 
Seguí besando a Rochi, de repente escuche unos gritos. 
-¡No! Ella no está aquí señora. –Jazmín gritaba enojada. 
-¡Déjame pasar! Yo se que ella está aquí. Jazmín por favor necesito a mi hija. –la madre de Rocio estaba aquí. ¿Qué hago? 
Con Rochi nos miramos fijamente. Y la madre de ella llego corriendo a nuestro lado.
-Yo sabía que estabas aquí ¡Rocío! ¿Qué esperas? necesito que nos vayamos, dentro de dos horas sale el avión y no pienso dejarte aquí. –ella hablo solo un poco molesta. Ro no respondió. 
-¿Qué dices a tu favor Ro? Debes decirle la verdad a tu madre –hablo Jazmín. 
-No quiero ir. –dijo dura. 
-¿Qué pasa contigo? Es tu sueño, no puedes hacer eso. –la madre de Rochi se tomo la cabeza. 
-Es mi sueño, tú lo dijiste. - se encogió de hombros y su madre comenzó a llorar desesperadamente. 
Los llantos de la mujer hicieron romperle el corazón a Rochi. una hora después nos encontrábamos en el aeropuerto de Doncaster esperando a que dieran el aviso de subir al avión. Rochi se iría nuevamente. 
-Juro llamarte todos los días. –dije abrazándola y depositando un pequeño beso en sus labios rosados. 
-Juro escribirte todos los días por facebook, estaremos en contacto Nic. Pediré el traslado el próximo semestre a Doncaster. ¿Me esperarías? –ella entorno sus brazos en mi cintura. 
-Todo príncipe espera a su princesa hasta morir. –bese sus labios apasionadamente. 
TODOS LOS PASAJEROS DEL AVION 655 A LIVERPOOL DIRIGIRSE A LA PUERTA SEÑALIZADA HACE UNOS MINUTOS. GRACIAS Y BUEN VIAJE. 
Mire a Ro y su madre. 
–Te vas pero volverás. –bese su cuello y la rodee en la cintura con mis brazos y le di una vuelta. 
-Te quiero Nic. –acaricio mi mejilla. –Esta no es una despedida, es el principio de algo. –ella ahora fue quien me beso. 
-Yo también te quiero hermosa. –bese su frente. 
Me despedí de su madre amablemente, sabía cuanto había luchado para que su hija estuviera en la universidad no podía ser tan egoísta. 
Cuando iban muy lejos de mi ella dio media vuelta agite mi mano al aire. 
–Te esperare hasta el próximo semestre. No eres solo un amor de verano, Ro... –dije en voz alta.

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